- La mirada tiene mucha
importancia en la vida de una persona, la mirada puede mostrar
nuestra inseguridad-seguridad, nuestra aprobación-desaprobación,
alegría-tristeza… La mirada puede mostrar el interior de nuestro
sentimientos y emociones.
La
mirada es una parte importante de la persona, porque puede
transmitirnos mucha información, por ejemplo, una simple mirada de
mi padre o madre, puede decirme la afirmación o negación a una de
mis preguntas.
Me
gusta que cuando hablo con alguien me mire a los ojos, porque me
demuestra su sinceridad y atención, pero si una persona me mantiene
la mirada durante demasiado tiempo, me puede resultar desafiante o
intimidante.
Soy
una persona observadora, porque esto me permite ver pequeños
detalles que, de otro modo, pasarían desapercibidos, y a veces en
esos pequeños detalles en muchas ocasiones está la diferencia. Creo
que ser observador es importante.
- El objeto que he escogido es
un balancín, que lleva muchos años en nuestro jardín. Lo solemos
desplazar por nuestro jardín en función de la época del año o el
tiempo que haga. En primavera lo tenemos en el mismo lugar donde está
ahora, en el patio delantero, desde donde tenemos unas buenas vistas
del monte Faro y San Cibrán.
Durante
el otoño y el invierno suele estar en el porche de casa para
resguardarlo de la lluvia y el mal tiempo. En verano, está en el
jardín de la piscina, para poder disfrutar un rato en la sombra.
Lo
he elegido porque en el confinamiento ha estado en el jardín
delantero, donde salimos a charlar después de comer, mi madre, mi
hermano y yo, porque mi padre no ha dejado de trabajar. Durante este
periodo de tiempo, siempre que estuviera bueno, claro está, salíamos
a merendar y relajarnos en él. Por la noche después de cenar, nos
sentamos allí para hablar un rato con mi padre.
- La mujer se había detenido,
no se lo podía creer, ya había salido tarde de casa hacia el
trabajo, como para que aún por encima tuviera que ver lo que estaba
viendo. Un atasco por culpa de un accidente, fue el culpable del
enorme caos que se había creado en la carretera.
Por
momentos, su nerviosismo crecía, si hoy llegaba tarde también, ya
serían dos días esta misma semana. Tendría que pensar una buena
excusa, para poder contarle a su jefe. Ya se había inventado un
catarro de su hijo para el retraso del lunes.
El
tráfico no se movía absoluta nada en su carril, en sentido
contrario, sí que de vez en cuando pasaba lentamente algún coche,
dudó si dar la vuelta, pero eso implicaría coger la carretera
nacional, he incrementar media hora más el tiempo de llegada.
Sería
mejor coger el teléfono, avisar ya al jefe de que evidentemente iba
a llegar tarde porque había encontrado un accidente, aunque ya se
había despertado una hora tarde. Cogió el teléfono, que sacó de
su bolso, dispuesta a llamar a su jefe, y al desbloquear el móvil,
vio que en la pantalla de bloqueo ponía que estaba a sábado treinta
de mayo.
Una
dura semana de trabajo y mucho estrés, hicieron que no se diera
cuenta de que hoy sábado no tuviera trabajo.
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